Una mirada al inbound desde el contenido poético, una aproximación al mercadeo de lo cursi: “La negación de lo cursi es la cursilería de la negación”.
¿Quién carajos no se ha enamorado con Mario Benedetti? Pues yo sí, ¡y qué!... Tengo otras vergüenzas más atroces que no me atrevo a confesar. Sin embargo, suspirar con aquello de "... mi táctica es mirarte, aprender como sos, quererte como sos..." es sólo un pecado venial de cursilería juvenil. Y la cursilería, usando palabras cursis para describirla, es un manantial que brota desde lo más profundo del ser romántico. ¡Lo cursi se lleva en el alma!, y como lo expresa Ramón Gómez de la Serna, es una artesanía que produce “calambres al espíritu”. Tal vez sea por esto que resulta imposible aprender a ser cursi, como con todas las grandes definiciones en la vida: se es o no se es.
Lo interesante de todo esto para nosotros, una empresa que se dedica a diseñar y operar estrategias efectivas de marketing digital para sus clientes; es que este poema de Benedetti puede ser una de las explicaciones más sintéticas y precisas de lo que el Inbound Marketing es y lo que significa como filosofía. Quienes pensaron alguna vez que el mundo del marketing es la antípoda de la poesía cursi tal vez cambien de opinión luego de leer esta corta disertación, pues son justamente los eternos artes de la seducción y el enamoramiento los pilares que soportan el márketing de contenidos.
Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos
Atraer, convertir, vender, enamorar… Las 4 etapas de Inbound marketing, una metodología que combina técnicas especialmente no intrusivas para abordar a un cliente al principio de su proceso de compra y acompañarlo luego con contenido apropiado en cada una de las etapas de maduración hasta la transacción final. ¿Les suena parecido a algo? ¿Recordaron tal vez a aquella muchachita hermosa de la universidad a quien miraban de lejos en la cafetería mientras aprendían cómo era, sus ademanes exquisitos, cómo se sentaba, qué le gustaba comer y cómo se iba vestida? Para atraer hay que conocer, no es lo mismo llegar con un regalo cualquiera que con esas galletas de coco que con tanta gracia desempacaba y con tan delicada voracidad consumía durante los “huecos” entre clases. Guardadas las proporciones pasa lo mismo con una buena estrategia inbound, se crea la sensación de que allí, detrás de la pantalla, hay alguien que sabe de ti, de tus intereses y tus inquietudes. La idea es hablar al oído del cliente y maximizar la interacción entre la marca y su público objetivo.
Mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible.
¡Su majestad el contenido! Monarca que reina en las vastas tierras de la Web. “Construir con palabras un puente indestructible” y esas palabras no necesariamente se refieren a textos, un gran porcentaje del contenido digital que se consume actualmente son videos, animaciones o piezas audiovisuales. Lo fundamental es construir relaciones duraderas, no sólo estar enfocados en vender y vender. El inbound va mucho más allá de la automatización de unos “pasos” para que la gente nos compre algo; en el fondo son personas hablando con personas en ciertos momentos de pertinencia. Por eso es tan importante generar contenido educativo, ser directo, optimizar ese contenido para que sea fácilmente rastreable y valerse de las redes sociales para que ese “puente construido con palabras” sea verdaderamente “indestructible”.
Mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos
Obviamente nuestra tarea como aliados de nuestros clientes sí consiste en saber cómo y con qué pretexto, porque entonces si no “apague y vámonos”, pero el punto es que quedarse en el recuerdo de los clientes sí es un objetivo fundamental de toda buena estrategia de inbound marketing. Construir relaciones duraderas, no solamente captar clientes, conseguir ventas y fidelizar usuarios. Continuando con el símil de la hermosa chica universitaria, para una noche de romance pueden resultar útiles tanto estrategias de Inbound como de Outbound, pero para buscar con quien pasar el resto de la vida, el Inbound es indestronable.
Mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
no haya telón
ni abismos
Si vamos a hacer un contenido que sea porque realmente tenemos algo que decir. No es cierto que ya todo está dicho, o al menos no en la forma y el tono en que debe ser dicho. Es muy importante escribir pensando en el posicionamiento, y la extensión de dichos contenidos puede variar dependiendo del tema que se toque y los públicos a los que nos dirijamos. No es cierto aquello de que todo en el mundo de la Web debe ser corto y superficial. Si nuestro público quiere saber, por ejemplo, cómo financiar el apartamento que desea comprar, a lo mejor no tendrá problema en sumergirse en explicaciones más detalladas. Por eso lo más importante es trascender el discurso de “somos geniales”, “somos los mejores”, “como nosotros no hay” y evolucionar hacia la franqueza y el contexto. Incluso se vale que no me compren, lo que no está permitido es que algo que yo te haya dicho no te sirva para nada.
mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple
mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites.
¿Hay algo más que decir frente a esto? El inbound también responde, por sobre todo, al viejo anhelo de ser amados, de ser necesitados, de ser deseados y queridos. ¿Qué otra cosa podría estar buscando uno cuando está seduciendo a la chica de la cafetería de la U?, ¿no son acaso esos “calambres al espíritu”?