Seguramente navegando en internet te has encontrado con avisos relacionados con las cookies o los sitios web que visitas te solicitan permiso para guardar cookies en tu navegador. Pero, ¿qué son, para qué sirven y por qué es importante conocer sobre nuestra huella digital? Te lo contamos.
Las cookies son como esos trocitos que vamos dejando cuando comemos galletas, y pueden dejar evidencia de dónde estuvimos comiendo o por donde pasamos.
Las cookies informáticas, como las define la BBC, "son unos archivos informáticos diminutos enviados por los sitios web que se almacenan en nuestro navegador y que obtienen datos sobre nosotros".
Las cookies, que son un reflejo de nuestra huella digital o nuestro rastro web, sirven principalmente para entregar datos a quienes las usan sobre nuestro comportamiento en internet y la forma en que interactuamos en los sitios web.
Esto da cuenta de nuestros intereses, preferencias y patrones de comportamiento. A los usuarios les permite recibir anuncios más ajustados a sus necesidades; a las marcas, les da la posibilidad de generar anuncios más personalizados. Parece un trato justo, ¿verdad?
Sin embargo, el debate relacionado con la seguridad y la privacidad de los usuarios ha dado un nuevo rumbo. Pero antes, nos gustaría explicarte a profundidad qué son y para qué sirven en este video [que grabamos antes de la cuarentena]:
Google recientemente detalló planes para restringir la "huella digital" en la web.
"Debido a que las huellas digitales no son transparentes ni están bajo el control del usuario, resulta en un seguimiento que no respeta la elección del usuario", dijo Google en su blog en 2019.
En enero de este año (2020), Google anunció que eliminaría las cookies de terceros -de las que hablamos en el video- en el navegador Chrome para 2022.
Sin cookies, las estrategias de anuncios deberían adaptarse en función de las intenciones de búsqueda del usuario y no en el comportamiento basado en la huella digital o el rastro de cookies que deja un usuario tras visitar determinados sitios web.
Lella Gil, miembro del Consejo de Comunicaciones de Forbes, dice que esto supone volver a lo básico: "revivir lo que ha sido el corazón del marketing: construir relaciones reales con nuestros clientes".