4 claves para empezar a diseñar productos digitales
No existe nada más aterrador que enfrentarse a un papel en blanco sin tener ideas claras. Por esta razón es necesario seguir la teoría, basarse en metodologías que permitan esclarecer las ideas y poner en práctica una serie de pasos para no perdernos en el intento de diseñar una muy buena interfaz gráfica.
Pero ¿cómo arrancar?, es la pregunta que todos nos hacemos. Los siguientes pasos te pueden ayudar a responderla mejor y asumir el reto de estructurar en el diseño los objetivos del negocio, del usuario y la tecnología
Entiende al cliente:
Reconocer sus necesidades, descubrir cómo opera, qué piensa, qué le gustaría, cómo se encuentra frente a su competencia: en últimas, ponte en sus zapatos. No basta solo con recibir algunas instrucciones del gerente del proyecto o líder del equipo para comenzar a plasmar lo primero que se te venga a la cabeza. El mejor consejo es empezar revisando el sitio actual del cliente en caso de ser un rediseño, entrevistarlo, buscar algunos referentes, o asistir a las reuniones de inicio del proyecto. No te quedes con las dudas, siempre pregunta.
Identifica públicos y objetivos:
No basta con tener claro quién es el cliente y lo que hace, debes conocer su público objetivo y convertirlo en “personas”. Esto te ayudará a saber a quién le estás hablando realmente, es decir, el usuario que va a interactuar con tu interfaz y sus modelos mentales. Debes conocer qué piensa, cómo piensa, las aspiraciones de su vida, cuáles son sus alcances y limitaciones tecnológicas, cuáles pueden ser los puntos de conexión con la tecnología y sus necesidades de búsqueda en la red. Para ello puedes valerte de metodologías como la de “buyer personas” y “journey map”.
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Comunícate siempre con el arquitecto de información:
Por lo general es la persona que tiene todo el proyecto en la cabeza, el alcance, las nuevas funcionalidades y, lo más importante, el mapa de navegación (un artefacto que muestra a nivel global toda la estructura del sitio). Recuerda que para diseñar debes entender todo el proceso con el cliente y con los usuarios. Ahora bien, si no tienes un arquitecto de información que te oriente, busca la manera de involucrarte en todo el proceso desde el inicio del proyecto.
Identifica los puntos de partida:
una vez empapado de todo lo que corresponde al cliente, los usuarios, las herramientas tecnológicas que van a usar, el árbol de navegación y estén bien definidas las plantillas del sitio, puedes enfocarte en la página de inicio como punto de partida. No te vayas de una vez a la pantalla, empieza con bocetos en papel para definir correctamente la estructura de la página, toma como insumo toda la información que adquiriste y diseña los prototipos pensando en los objetivos de cada grupo de interés, los estándares de usabilidad y conversión. Una vez tengas bien definida toda la estructura y lo más importante aprobada, puedes empezar a diseñar.
Profesional en Publicidad y Mercadeo. Adicta a las tecnologías de la información y comunicación, enamorada de su labor como arquitecta de información, consultora y consejera UX. Con una fuerte inclinación a todo lo relacionado con innovación, internet, e interacción tecnología-humano. Apasionada por los viajes, las personas, las culturas, las obras sociales y las manifestaciones del mundo.
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